August 15, 2024

México detiene y entrega a Estados Unidos a su principal narcotraficante

A Foreword by Itzli:

One of the biggest mistakes that I made in the past is not doing a good job of citing and keeping track of my sources. Beginning with the Matamoros Series I have made it a habit of hyperlinking  sources and additional information as much as possible. In doing so I sometimes get lucky and find old articles from the time of historic events, such as this one about the arrest of Juan García Ábrego.


México detiene y entrega a Estados Unidos a su principal narcotraficante


January 15, 1996 by EL PAÍS


La policía mexicana ha dado un golpe devastador a una de las bandas de narcotraficantes más poderosas de México. Juan García Ábrego, jefe del cartel del Golfo, y uno de los delincuentes más buscados del mundo, fue detenido el domingo en Monterrey (norte del país) y deportado ayer a Estados Unidos. La Procuraduría General de la República (Ministerio de Justicia) confirmó la inmediata expulsión por vía aérea del capo, de nacionalidad estadounidense, tras un breve traslado al Distrito Federal.


El, Departamento de Estado norteamericano aplaudió la fulgurante entrega, que es vista en Washington como un síntoma de la colaboración que ambas naciones mantienen en su lucha contra el tráfico de estupefacientes, especialmente cocaína.García Ábrego, de 51 años e hijo de un antiguo contrabandista de alcohol y electrodomésticos en la zona fronteriza con Estados Unidos, comenzó sus andanzas hace una década. En pocos años fue capaz de ex tender los tentáculos de su organización, con base en Matamoros (en el Estado de Tamaulipas), a varios Estados de México y de consolidar sus relaciones con el hoy casi desmantelado cartel colombiano de Cali. Siempre prefirió las sutiles maneras de este grupo a las del cartel de Medellín, que lideraba el fallecido Pablo Escobar, muerto a balazos en 1993.


Semejante crecimiento del cartel del Golfo no fue sólo fruto de la habilidad de García Ábrego o de su carácter temerario. La complicidad de algunos políticos y la innegable implicación en el narcotráfico de cuerpos policiales carcomidos por la corrupción -algunas asociaciones privadas estiman que los traficantes gastan 500 millones de dólares (60.000 millones de pesetas) anuales en sobornos a funcionarios mexicanos- también fueron imprescindibles para que este capo llegara a controlar alrededor del 30% de la cocaína que aterriza en EE UU.


La policía calcula que sólo esta organización ha introducido más de 5.000 toneladas de pasta de cocaína en el voraz mercado del norte desde 1985. Los ingresos anuales del cartel del Golfo por esta actividad ilícita rondan los 20.000 millones de dólares (dos billones y medio de pesetas), la misma cantidad que EE UU prestó a México para ayudarle a superar la crisis financiera del año pasado.


Situación de impunidad

Pero la situación de impunidad en que se movían los narcos en pasados años parece estar dando un giro radical. Desde la llegada al poder del presidente Ernesto Zedillo y del procurador Antonio Lozano, de un partido de la oposición de derechas, el goteo de detenciones es continuo.La Procuraduría mexicana había estrechado el cerco sobre el cartel del Golfo en los últimos meses. Media docena de lugartenientes del capo detenido anteayer fueron encarcelados tras diferentes operaciones policiales. El propio García Ábrego sentía la presión. Fuentes de la PRG confirmaron recientemente que el cabecilla de esta organización norteña de narcos intentó a menudo negociar su entrega a las autoridades a cambio de que se respetara a su familia, parte de su fortuna y de que no fuera entregado a EE UU. La negociación no fructificó.


La captura de García Ábrego, el décimo delincuente más buscado en EE UU por la policía federal, FBI, llega después de las aprehensiones, el año pasado, de otros importantes y sanguinarios narcos mexicanos.


Nicholas Burns, portavoz del Departamento de Estado de EE UU, no ocultaba ayer su satisfacción por la detención: "El Gobierno de Estados Unidos celebra el arresto y deportación de García Ábrego como un importante avance en la lucha contra el tráfico internacional de drogas". La ofensiva contra el narcotráfico, no es ajena, según los analistas, a la presión que EE UU ejerce sobre las autoridades mexicanas, al igual que sucede en varios países de América Latina. Washington vendió a finales del año pasado 12 helicópteros al Gobierno de Zedillo para combatir el trasiego de cocaína.

August 9, 2024

Las entrañas del cártel del Golfo: revelaciones de un testigo letal

A Foreword by Itzli:

It’s funny how things often go in unplanned cycles. Until relatively recently The Gulf Cartel Through the Lens of Río Bravo was the most “epic” article I ever wrote. Back then I realized that by explaining Rafael “El Junior” Cárdenas Vela I could build off of that to make the Los Metros versus Matamoros Faction war make sense, so he plays a big part in the article in the beginning. Fast forward to the present day, for at least a year I had been jotting down notes about things within the Cárdenas Guillen family I wanted to address in writing which led to Dynamics of the Cárdenas Guillén Family. When I was researching I came across this article, which is shared in full in El Blog de Fred L. Alvarez.

Las entrañas del cártel del Golfo: revelaciones de un testigo letal


September 30, 2012 by Proceso


El juicio que se lleva a cabo en Texas contra un exjefe de plaza del Cártel del Golfo en Río Bravo, Tamaulipas, derivó en una pormenorizada exposición del testigo principal del caso en torno al modus operandi de esa organización, sus traiciones internas y fracturas, su confrontación con Los Zetas… La fuente de estas letales revelaciones es Rafael Cárdenas Vela, sobrino del extraditado capo Osiel Cárdenas Guillén. Proceso pudo conocer de primera mano esta información al asistir a una de las sesiones del juicio.


Brownsville, Texas.- A las 6:30 horas del martes 25 de septiembre, Rafael Cárdenas Vela, El Junior, subió al camión blindado, que partió con una escolta de varias patrullas. Minutos antes de las 7:00 llegó a la Corte del Distrito Sur de Texas, atravesando el fuerte dispositivo policiaco.

La cuarta sesión del caso 1:11-mj-011 45, que desde el 19 del mismo mes las autoridades de Estados Unidos siguen contra Juan Roberto Rincón Rincón, El X-5 o El Primo, exjefe del Cártel del Golfo en Río Bravo, se inició en el salón tres, ubicado en el tercer piso del edificio que ocupa la corte en esta ciudad fronteriza.


Para entrar fue necesario presentar una identificación oficial, quitarse los zapatos y colocarlos junto con otras pertenencias en las bandas de rayos X; luego, cruzar por los arcos detectores de metales y, finalmente, tolerar una minuciosa revisión.


Los seis alguaciles que vigilaban al testigo principal se distribuyeron en la amplia sala. Cárdenas Vela, vestido con una camisa café claro a cuadros y un pantalón de color semejante, se acomodó en el banquillo ubicado a la derecha de la juez Hilda G. Tagle y se ajustó a los oídos el audífono de la traducción simultánea para continuar con el testimonio que rinde ante un jurado de 10 mujeres y seis hombres.


Como ha mantenido entrevistas con los agentes del gobierno durante los últimos meses, enfatiza: “Tengo la esperanza de que me ayuden. Desde que me agarraron, cooperé con el gobierno, les he estado contando información sobre todo lo que sé”.


Espoleado por los cuestionamientos del abogado Ricardo Zayas, defensor del acusado Rincón, el testigo captó enseguida la atención de los presentes en la sala con sus revelaciones.

Dijo que empezó a trabajar desde los 16 años en una fábrica de juguetes y después entró a la Policía Federal. En 2001 su tío Osiel Cárdenas Guillén lo envió a San Fernando para “sentar plaza”, ya que en ese tiempo nadie controlaba esa región, hoy estratégica para el trasiego de narcóticos.


“Osiel me dijo que hablara con el comandante de la Policía Ministerial Noé Hinojosa, ya que él me iba a ayudar. Cuando llegué, empecé paso a paso.”


El Junior afirma que llegó a San Fernando con 10 mil dólares para ofrecer pagos a policías, militares y oficiales de Marina, así como a gente de la prensa, la radio y la televisión. Ahí reclutó como informantes a bailarinas y desnudistas de centros nocturnos. “Al alcalde no necesitaba pagarle, ya que habíamos financiado su campaña”.


San Fernando, una población de aproximadamente 70 mil habitantes, era un lugar propicio para el tráfico de droga porque por ahí pasa la carretera que viene de Centroamérica, de donde se importa buena parte de los estupefacientes; otra parte se traía desde Colombia en aviones y embarcaciones que la dejaban en la Laguna Madre. Posteriormente la llevaban por brechas clandestinas a las principales ciudades fronterizas de Tamaulipas.


En esa época las operaciones del Cártel del Golfo en San Fernando costaban 95 mil dólares semanales, precisó. Y para consolidar la plaza, dijo, el cártel entregó 20 mil dólares a los jefes de la Policía Federal Preventiva en la región.


A esos montos debe añadírsele el pago al Comandante Dientes de la Marina, así como a efectivos del Ejército (“sólo a los que trabajaban conmigo”)y a empleados de empresas telefónicas. En fin, “ya sabía cómo hacerle. Aprendí mirando cómo mi tío Osiel manejaba las demás plazas, así que ya sabía a quién tenía que arreglar para tener bien controlado todo”.

El abogado Zayas le preguntó cuánto tiempo se tardó en “arreglar” la plaza: “¿Unos seis meses?”.


“¡N’ombre, menos de 10 días”, respondió Cárdenas Vela.


El siguiente paso, continúa, es nombrar a los comandantes que se harán cargo de los diversos “departamentos”, como el de “pasadores” (que trasladan la droga a través de la frontera), el de los sicarios y otro para controlar a los halcones e informantes. Además, cada sección tiene un “contador”, que supervisa la nómina y revisa que los cargamentos de droga tengan el peso indicado. “El comandante y el contador le rinden cuentas al jefe de plaza”, explicó El Junior.

Zayas preguntó cuánto se tardan los jefes de departamento en tomar posesión: “¿Semanas?”

“¡N’ombre!”, volvió a responder Cárdenas Vela. “En 24 horas. Se debe agarrar el control de voladita, lo más pronto posible, o de lo contrario se nos meten Los Zetas”.


Según la descripción del testigo, el Cártel del Golfo funciona como cualquier empresa moderna, incluso con el sistema de outsourcing. Puso como ejemplo el caso de El Rojo, quien tiene un grupo de 100 pasadores que llevan droga a Estados Unidos a 50 dólares por kilo. El Rojo es contratado por todos los jefes de plaza distribuidos en la “frontera chica” tamaulipeca.


Asimismo expuso que la mariguana mexicana cruza la frontera en dos ocasiones al año. Para la “temporada de riego” empieza a sembrarse en marzo y abril, a finales de mayo se cosecha y desde junio llega a la frontera para surtir a los consumidores estadunidenses.


Para la “temporada de lluvia”, se siembra a partir de septiembre, se cosecha en octubre y a finales de noviembre el producto cruza la frontera, porque los envíos de las entregas anteriores ya se están agotando.


Igualmente habló de la construcción de pistas clandestinas en apartados ejidos de la región para las aeronaves que traían cocaína de Colombia, y dijo que cobraban el derecho de piso (“el piso”) que deben pagar otras organizaciones por pasar droga a través de su territorio: “Les cobrábamos 10%”del valor de la carga.


Contó que él no tuvo que comprar un auto blindado, ya que Heriberto Lazcano (El Z 14) y Osiel Cárdenas le regalaron varios.


La ruptura

El Junior se mantuvo como jefe de su primera plaza hasta 2009 y después se hizo cargo de Río Bravo. A principios de 2010 comenzó la ruptura de Los Zetas con el Cártel del Golfo y en marzo comenzó la guerra. Durante meses se disputaron San Fernando, y al final la controlaron Los Zetas.


Durante el conflicto, los dos bandos cometieron asesinatos masivos: Los Zetas ejecutaron a 72 migrantes porque creían que podían ser reclutados por sus rivales, así como a más de 230 jóvenes que llegaron en autobuses al pueblo, al sospechar que trabajaban para los cárteles de Sinaloa o del Golfo; a ellos los enterraron en varias narcofosas a las afueras de San Fernando. Y durante ese año ambas organizaciones “levantaron” y asesinaron a cientos de pobladores al creer que trabajaban para sus rivales.


En la Corte del Distrito Sur de Texas, El Junior también dio pormenores de las pugnas internas del Cártel del Golfo. Entre otras cosas, enfatizó que Eduardo Costilla, El Coss, quedó al mando después de que efectivos de la Marina abatieran a su tío Ezequiel Cárdenas, Tony Tormenta. En su opinión, El Coss filtró la ubicación del Tony.


Frente a grandes pizarrones con mapas, Cárdenas Vela expuso cómo se dividen las plazas en la frontera tamaulipeca, marcándolas con líneas de colores. En una sesión previa, frente a un pizarrón de al menos dos metros con las fotos de varios capos, Cárdenas Vela mostró la estructura de la organización criminal.


Esta vez relató que en marzo de 2011 se hizo cargo de la importante plaza de Matamoros, cuna del cártel, con el respaldo de El Coss. Sin embargo, éste tenía entre sus lugartenientes favoritos a José Luis Zúñiga Hernández, El Güicho, a Juan Roberto Rincón, El X-5, y a otro que identificó únicamente como El Guerra.


Cuando El Junior tomó Matamoros le dio al Güicho 24 horas para abandonar la plaza, lo que agudizó la división interna del cártel. Zúñiga huyó a Estados Unidos en octubre de 2011 con Juan Roberto Rincón y dos hombres más, después de escapar de un intento de ejecución. Tras cruzar la frontera fueron detenidos por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas en una camioneta cerca del puente internacional de Los Indios. Les decomisaron cuatro bolsas con cocaína, 20 mil dólares en efectivo y una pistola Colt calibre .38, chapada de oro y con incrustaciones de rubíes y diamantes que formaban el apelativo Güicho.


Posteriormente, Cárdenas Vela se reunió con el Metro 4 y Mario Pelón para investigar el asesinato del Metro 3, ocurrido a principios de septiembre de 2011 y que también atribuyó a El Coss: “Fue su culpa que lo mataran”.


Las pugnas en el Cártel del Golfo acabaron por obligar a El Junior a huir también de Matamoros y refugiarse en la vecina ciudad de Brownsville, Texas, ya que las Fuerzas Armadas constantemente encontraban sus refugios. Cree que El Coss les filtraba su ubicación.


Entregados a la Marina

El 19 de octubre de 2011, Cárdenas Vela fue detenido con “tres amigos”por una multa de tránsito en la isla del Padre. Se declaró culpable de poseer y distribuir narcóticos a cambio de que se le retiraran los delitos de lavado de dinero e inmigración ilegal. Los registros judiciales de Estados Unidos lo identificaron como El Comandante 900 y Rólex, que dirigía a más de 500 pistoleros para controlar el tráfico de drogas y proteger cargamentos de hasta cinco toneladas de cocaína y mariguana hacia ese país.


Ha admitido que le dio al gobierno estadunidense información para detener a El Coss, a cambio de una reducción de condena (que podría ser de entre 10 años de prisión y cadena perpetua), además de que se permita a su familia radicar en Estados Unidos.


En la sala también estuvieron presentes miembros de la DEA, uno de los cuales le filtró a un periodista estadunidense que ahora la única institución mexicana en la que confían es la Marina, a la que entregaron la estratégica información obtenida de Cárdenas Vela.

Lo cierto es que con ese testimonio se acomodaron las piezas para entender la racha de detenciones de septiembre, que debilitaron la estructura del Cártel del Golfo a un grado nunca antes visto.


Los primeros días de septiembre fue detenido David Rosales Guzmán, El Comandante Diablo, jefe de plaza de la organización en Nuevo León. Mario Cárdenas Guillén, el segundo al mando, fue capturado el 4 de septiembre por la Marina en Altamira. Para el 11, la Marina detuvo en Jalisco a Juan Gabriel Montes Zermeño, El Sierra, jefe para la zona sur de Tamaulipas. Dos días después, la Marina presentó a Eduardo Costilla, El Coss, a quien capturó con el jefe de la plaza de Tampico.


Finalmente, el 26, efectivos de la Marina detuvieron en San Luis Potosí a Iván Velázquez Caballero, El Talibán o El Z 50, quien ya había roto con el capo de Los Zetas Miguel Ángel Morales Treviño, El Z 40, y había anunciado su alianza con lo que quedaba del Cártel del Golfo.

En Washington, la DEA presumió de su contribución en la captura:“Definitivamente fuimos parte de esto. Por supuesto, no hacemos operaciones en México, pero ayudamos a juntar las piezas del rompecabezas”, señaló Lawrence Payne, vocero de la agencia antinarcóticos.


Trato de privilegio

Pasar de una posible cadena perpetua a unos pocos años en prisión, protegido y con algunas ventajas para su familia. Eso fue lo que consiguió a cambio de información Rafael Cárdenas Vela, el sobrino de Osiel Cárdenas y exintegrante del Cártel del Golfo, quien será juzgado en una corte federal texana. Todo lo que ha revelado consta en un amplio expediente del Departamento de Justicia de Estados Unidos –enriquecido por esta instancia con datos de la DEA y el ICE– al que este semanario tuvo acceso.


En una copia de la experiencia colombiana, el narcotraficante mexicano Rafael Cárdenas Vela pactó con la justicia de Estados Unidos a cambio de una pronta liberación. El sobrino de Osiel Cárdenas Guillén se declaró culpable de traficar cocaína y mariguana a Estados Unidos, optó por un juicio rápido, se comprometió a pagar una millonaria multa y a estar durante un tiempo bajo vigilancia.


En lugar de una sentencia de cadena perpetua o de varios lustros, en algunos años podría estar en la calle. En contrapartida, ha comenzado a dar santo y seña de la manera en que operó el ahora diezmado Cártel del Golfo (CDG) la última década, durante los gobiernos de Fox y Calderón, con la protección de autoridades civiles, militares, estatales y locales.


Su disposición como colaborador la demostró el pasado martes 25 durante el juicio que se sigue en la corte del Distrito Sur de Texas, en Brownsville, contra Juan Roberto Rincón Rincón, El X-5 o El Primo, por posesión y conspirar para traficar droga a Estados Unidos cuando fue jefe del CDG en Río Bravo, Tamaulipas.


Su testimonio contra uno de los miembros de la organización delictiva en la que participó siguió a la serie de detenciones que se han hecho en México de varios miembros del cártel, incluidos Mario Cárdenas Guillén y Jorge Eduardo Costilla Sánchez, El Coss, quienes se disputaban el control del CDG.


En sus primeras declaraciones públicas Cárdenas Vela, conocido como Junior, Comandante 900 o Rólex, contó la manera en que operaba para comprar a las autoridades municipales, estatales y federales, así como las divisiones y traiciones en el CDG tras la detención de Osiel en 2003 y la ejecución de su hermano Ezequiel, Tony Tormenta, por parte de infantes de marina en 2010 (Proceso 1840).


Declaraciones más detalladas, con nombres y apellidos se esperan cuando hable en defensa propia en el caso penal 1:11-cr-01022 que se instruye en su contra en esa misma Corte, a la que ya le pidió que apresure el juicio.


Después de esa petición, hecha el 15 de febrero de 2012, llegó a un acuerdo con el gobierno de Estados Unidos para declararse culpable. De su puño y letra estampó su nombre el 12 de marzo de este año para formalizar el arreglo con el Departamento de Justicia.


Rafael Cárdenas Vela se declaró culpable de uno de los cuatro cargos que se le imputan, el de conspirar para poseer y distribuir por lo menos cinco kilos de cocaína y una tonelada de mariguana.


En la misma causa de Cárdenas Vela están implicados Francisco Javier Escalante Jiménez y Germán Alejandro Huízar Marroquín, quien también ya acordó con el gobierno estadunidense declararse culpable.


A cambio de la declaración de culpabilidad y testimonio verdadero ante la Corte por parte de Cárdenas Vela, el gobierno estadunidense recomendará al juez del caso que le otorgue total crédito a su aceptación de responsabilidad para el retiro de los otros cargos y sea sentenciado con la pena menor prevista por ese tribunal.


El cargo por el que se le acusa tiene una pena máxima de cadena perpetua y una mínima de 10 años de prisión, una multa de 10 millones de dólares y una supervisión de su liberación durante cinco años. Además deberá pagar al gobierno de Estados Unidos el costo del juicio. En el acuerdo, sin embargo, el gobierno de ese país no se hace responsable si el juez decide darle una pena más alta a la sugerida por el Departamento de Justicia.


En el acuerdo, Cárdenas Vela reconoce haber obtenido al menos 5 millones de dólares en el tráfico de drogas, cantidad que está dispuesto a pagar como parte de la sentencia en su contra. También está de acuerdo en que se le confisque una propiedad que compró en Brownsville, en el número 1312 de Bluewing Circle, pero que puso a nombre de otra persona. Pero si la Corte lo decide, también podría perder otras propiedades.


Jefe de plaza

En realidad, de acuerdo con el Departamento de Justicia, el sobrino de Osiel traficó más de 150 kilos de cocaína, más de una tonelada de mariguana, tiene unos 20 millones de dólares y dos casas en Texas, una a nombre de Rosa Icela Moreno, en Río Hondo, y la de Bluewing Circle, que está a nombre de Emilio R. Villarreal y Laura Capistrán.


En la “total aceptación de responsabilidad” por parte de Cárdenas Vela, el Departamento de Justicia, del que depende la DEA, le entregó a la Corte los antecedentes delictivos del sobrino de Osiel y Tony Tormenta.


Cárdenas Vela era el “jefe de plaza” en Matamoros, donde se asienta el CDG. Entre el verano y otoño pasados el Departamento de Justicia lo detectó en Estados Unidos, donde había llegado para escapar de la confrontación que tenía con El Coss y otros por el control del CDG.


Según el Departamento de Justicia, Cárdenas Vela estuvo al frente de las plazas de San Fernando, Río Bravo y Matamoros. Como tal, era el encargado del paso de la droga en la región, el “cobro de piso” a quienes querían traficar droga y no pertenecían al cártel y el responsable de comprar a funcionarios de procuración de justicia estatales y federales, además de reclutar, conjuntar y mantener el mando y control de los empleados del CDG en esa región.

Apoyado en “testigos cooperadores” dice que Cárdenas Vela fue durante varios años el responsable del CDG en San Fernando. En junio de 2010 asumió el control de la plaza de Río Bravo, al este de Reynosa, de donde traficaba droga a Brownsville.


Al comienzo de marzo de 2011 se dio una batalla interna por el poder en el CDG. Cárdenas Vela comenzó a pelear con El Coss. En esa esta lucha, Cárdenas Vela destituyó a José Luis Zúñiga, El Güicho, del liderazgo de Matamoros y asumió el control. Aprovechando esa confrontación Los Zetas intentaron ganar el control de Reynosa y de la localidad de Ramírez, en el municipio de Abasolo, Tamaulipas. El CDG se impuso, explica el Departamento de Justicia de Estados Unidos a la corte federal de Brownsville.


“Al comienzo del verano de 2011 funcionarios estadunidenses encargados del cumplimiento de la ley comenzaron a recibir información de que liderazgos clave del Cártel del Golfo estaban cruzando hacia Estados Unidos por razones de seguridad. Entre ellos, Cárdenas Vela, en mayo de 2011, para escapar de la lucha de poder que estaba ocurriendo en el noreste de México”. Esa información entregada al gobierno estadunidense es atribuida al Coss.


Prosigue el Departamento de Justicia en la comunicación entregada a la corte federal en Texas el mismo día en que Cárdenas Vela se declaraba culpable de traficar cocaína y mariguana a Estados Unidos:


El Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) localizó al sobrino de Osiel en un rancho cerca de Río Hondo, Texas. Durante varios días estuvo vigilado hasta que fue detenido el 20 de octubre de 2011 junto con otras tres personas por pasarse un alto en Puerto Isabel.


Al momento de su aprehensión llevaba un pasaporte falso a nombre de Pedro García González. Se le aseguraron teléfonos celulares y libros de contabilidad tanto en su arresto como cateos a casas de su entorno.


Uno de los libros de registro contenía la estructura de las personas, armadas y no, que trabajaban para los Cárdenas. En el escrito, el gobierno estadunidense evita identificar a esas personas.


Otros libros de registro detallaban la compra de armas, equipo de protección, vehículos y gasolina. Las direcciones y números de los teléfonos celulares que fueron asegurados tuvieron relación con otras investigaciones de narcotráfico, según el Departamento de Justicia.


Sobre la operación de Cárdenas Vela como jefe del CDG en Matamoros dice que mantenía el control a través de correos electrónicos con otros jefes clave del cártel. Así podía comprar entre 70 y 80 kilos de cocaína al mes en el sureste de México. Los transportaba en pequeños vehículos que llevaban entre 16 y 20 kilos en una sola operación para reducir el riesgo de grandes confiscaciones en la frontera.


Las redes de corrupción

De nueva cuenta sin precisar nombres, el gobierno estadunidense asegura que el CDG corrompía para asegurarse el apoyo de políticos y funcionarios mexicanos encargados del cumplimiento de la ley y de políticos en el tráfico de narcóticos a Estados Unidos. En particular, responsabiliza a Cárdenas de hacer directamente el pago o los regalos a “varios individuos” relacionados con el cumplimiento de la ley en México.


Además el CDG gastaba para equipar adecuadamente a sus miembros, incluida la compra de balas, chalecos antibalas, granadas, chalecos tácticos, vehículos blindados, armas, municiones, teléfonos celulares, radios y hasta salarios.


Identifica a los “guardias” como los responsables de hacer una vigilancia estrecha a los militares mexicanos. Incluso dice que el CDG mantuvo vigilancia por video y grabación de áreas clave en Matamoros, no sólo dirigida a las autoridades sino a las bandas rivales. Al momento de su arresto Cárdenas Vela tenía unos 500 hombres equipados listos para responder a su llamada.


En sus acusaciones, formuladas el 18 de noviembre de 2011, el gobierno estadunidense dice que antes de las disputas internas del CDG, Cárdenas Vela, El Coss y otros no identificados no sólo introdujeron cocaína y mariguana a Estados Unidos, sino que las distribuyeron a través de células establecidas en ese país como pequeñas unidades de operación en varias ciudades, incluidas Brownsville, McAllen, Houston y otras del norte de Estados Unidos.


El sobrino de Osiel, además de importar, almacenar, transportar y distribuir droga en Estados Unidos, se encargaba de colectar y transportar millones de dólares en Estados Unidos como resultado de esas actividades y los trasladaba a México para continuar con su actividad delictiva.


Además era responsable de la compra de vehículos blindados, armas automáticas, granadas, cañones caseros utilizados por el CDG contra Los Zetas en su disputa por el control del corredor de la droga entre Estados Unidos y México en la frontera de Tamaulipas.


De acuerdo con la acusación, el CDG utilizaba vehículos con compartimentos secretos para ocultar la droga y el dinero, además de codificar sus comunicaciones escritas y orales.

August 8, 2024

Las rutas del narco siguen abiertas, pese a la captura de 10 capos en 15 meses

 A Foreword by Itzli:

Another really good old article touching upon cartel leaders that had been arrested in 2001 and early 2002, including “El June” of the CDG.


Las rutas del narco siguen abiertas, pese a la captura de 10 capos en 15 meses


April 1, 2002 by La Jornada


Se les considera violentos y peligrosos. Son, para las autoridades, responsables de cientos de asesinatos en todo el país, principalmente en la frontera norte. Se calcula que manejan en conjunto más de 40 por ciento de la droga que llega a Estados Unidos, y buena parte de los 50 mil millones de dólares que anualmente genera el tráfico de estupefacientes. Sin embargo, en los pasados 15 meses importantes miembros de los cárteles de Tijuana, Juárez, Colima y del Golfo han sido detenidos sin enfrentamientos, sin un tiro de por medio. Además, las aprehensiones ocurrieron en momentos en que estaban solos, sin escolta, comprando helados, viajando en camionetas sin blindaje o hablando por teléfono en casetas públicas.


Oficialmente se afirma que fueron operaciones de "inteligencia", y se niega que los capos hayan sido entregados por sus organizaciones porque sus nombres, imagen y hasta sus costumbres y desplazamientos eran muy conocidos, por lo que podrían resultar ya piezas inútiles en el gran negocio de las drogas.


Benjamín Arellano, Alcides Ramón Magaña, El Metro; Mario Villanueva, Miguel Angel Caro Quintero, Gilberto García Mena, El June, entre otros, están ya tras las rejas. Pese a ello, en esferas policiacas se reconoce que sus organizaciones continúan operando y que cobran por el uso de "sus rutas", lo que se ha dado en llamar "derecho de piso".


En México existen más de 60 organizaciones emergentes divididas en células, interactuantes, como si se tratara de empresas con una clara división del trabajo: siembra y cultivo de mariguana y amapola en territorio nacional. Recepción de enervantes procedentes del extranjero. Luego, el almacenamiento y transportación a bodegas fronterizas con Estados Unidos de la mercancía.


Cada golpe a las grandes organizaciones es señalado por la Procuraduría General de la República (PGR) o la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) como "contundente", como "desmembramiento", pero cada uno de los que ha caído parecen piezas de un ajedrez que son sustituidas, se cambian, o entregan, cuando los verdaderos líderes, de los cuales se desconoce su identidad, consideran que ya son desechables.


Estructuras intocables

Los capos mexicanos parecen formar parte de una organización intermedia que se maneja desde otras latitudes. En otros niveles. Los capos han caído, pero no las estructuras de protección que los rodean.


Tal es el caso de los cateos realizados desde diciembre del año pasado en Tamaulipas para desmembrar al cártel del Golfo. Después de la aprehensión de Gilberto García Mena, El June, se aseguró que políticos locales estaban implicados en las redes de protección, pero nadie ha sido detenido.


Asimismo, en fechas recientes las autoridades han apresado a algunos de los cómplices de los capos,; la mayoría son señalados como los "lugartenientes", los "segundos en importancia", los "sucesores" de tal o cual detenido. Todos son importantes según los esquemas oficiales.

En sexenios anteriores se aseguraba que existían narcos consentidos por el poder político y que eran capturados o muertos cuando caían de la gracia de sus padrinos.


Los Arellano Félix eran intocables. Aunque se afirmaba que se les perseguía, entre autoridades mexicanas se aseguraba que vivían en Estados Unidos, regularmente en el estado de California, donde tenían el mayor número de sus sicarios, entre la banda conocida como Barrio Logan.


Si bien desde el inicio de su gestión el presidente Vicente Fox declaró "la guerra" a la organización de los hermanos Arellano Félix, a partir de marzo de 2001, cuando visitó México una delegación de la DEA y la FBI, la persecución se hizo más intensa. El 23 de marzo fue capturado Rigoberto Yáñez Guerrero, El Primo, responsable de las células que desde el Distrito Federal operaban la recepción y distribución de droga para ese cártel.


Ese mismo día, José Humberto Rodríguez Bañuelos, La Rana, el más famoso y sanguinario sicario del cártel de Tijuana, fue identificado como uno más de los reclusos del penal de Tijuana. La organización dejó de ser intocable. Para finales de 2001, según reportes periodísticos, los hermanos Benjamín y Ramón Arellano viajaron a México y dejaron Estados Unidos.


A Benjamín Arellano se le han atribuido, junto con su hermano Ramón (muerto en Mazatlán el 10 de febrero de este año), masacres y ejecuciones de magistrados, delegados y subdelegados de la PGR, abogados, militares, traficantes, comandantes, y familias enteras.

Pero los golpes contra el narco se ampliaron también a la organización del extinto Amado Carrillo: se capturó a los líderes de la llamada célula del sureste, Alcides Ramón Magaña y el ex gobernador de Quintana Roo, Mario Villanueva Madrid.


Con esas detenciones se derrumbó entonces la supuesta personalidad que se les había creado por autoridades de México y Estados Unidos: de asesinos, líderes de grupos capaces de desatar olas de violencia contra las instituciones nacionales en caso de ser detenidos.

También, la de personas que viajaban en vehículos de gran lujo, en camionetas y automóviles blindados, seguidos de grupos fuertemente armados, dispuestos a todo.


A los grandes capos se les presentó entonces, a través de viodeograbaciones, en los momentos en que son ingresados a los penales de máxima seguridad, y también cuando responden a las órdenes de los custodios con un "sí, señor", sin muestras de altivez, de mando, de poder.


Como ejemplo está Benjamín Arellano, considerado el máximo líder del cártel más poderoso de México, el más violento, el que mayor cantidad de cocaína, mariguana y drogas sintéticas pasa a Estados Unidos, el de Tijuana. Fue capturado cuando estaba recostado, desvestido, en una casa ubicada en un fraccionamiento de Puebla, en el que sólo había un guardia.


El cártel de Tijuana, según las autoridades, posee grupos de seguridad integrados por ex policías federales y sicarios.


O como ocurre en el cártel del Golfo, donde la PGR y la Sedena han detectado que ex miembros del Ejército Mexicano, de los Grupos Aeromóviles de Fuerzas Especiales (Gafes), capacitan a diversos integrantes en el manejo de armas y protección personal, además de que esos ex militares actúan como grupo de choque en contra de autoridades y organizaciones opositoras.


Cambio en la operatividad

Desde febrero de 2001, el entonces subprocurador de Coordinación General y Desarrollo de la PGR, Alfonso Navarrete Prida, afirmó que la dependencia modificaría su actuación contra la delincuencia organizada, que se procedería a trabajar de manera "científica", con base en labores de inteligencia y no de reacción, es decir, la policía dejaría de perseguir a los criminales una vez consumados los delitos.


Desde entonces, la PGR y el Ejército Mexicano acordaron trabajar conjuntamente, compartir información sensible sobre narcotráfico y otros temas.


Según los datos oficiales, las detenciones de capos han sido "resultado del seguimiento de gabinete y campo durante varios meses". Pura labor de inteligencia.


Sin embargo, en las capturas de mayor relevancia, o el Ejército las ha ejecutado solo e informa de ellas en conferencias de prensa en sus instalaciones, o los altos mandos militares se hacen acompañar de funcionarios de la PGR para dar a conocer los cateos, los operativos, las movilizaciones.


Incluso, las fuerzas armadas han asumido el papel de miembros de la Policía Judicial Federal, ahora transformada en Agencia Federal de Investigación (AFI).


Muestra de ello fue la detención del ex subdelegado de la PGR en Chihuahua, José Manuel Díaz Pérez, quien había escapado de la casa de seguridad donde se encontraba arraigado desde el 15 de febrero de 2001, y fue reaprehendido por miembros de la Policía Judicial Federal Militar el 14 de junio de ese año, cuando transitaba en una camioneta en una calle de Toluca, estado de México.


Otros ejemplos son la detención de Gilberto García Mena, de Benjamín Arellano y de Alcides Ramón Magaña.


Adán Medrano, El Licenciado, segundo en importancia del cártel del Golfo, fue detenido cuando compraba un helado a su hijo el 27 de marzo, en Matamoros, Tamaulipas. Paseaba en una camioneta tipo Suburban, sin blindaje, en compañía de su esposa y otro menor.


Adán Medrano cobró relevancia cuando la FBI lo colocó en la lista de los 10 más buscados desde 1999, cuando amenazó con matar, en territorio nacional, a dos agentes estadunidenses. Luego de su aprehensión, oficialmente se ha difundido que quien puede sustituirlo es Víctor Manuel Vázquez Mireles, El Mameloco.


El cártel del Golfo sigue siendo liderado oficialmente por Humberto García Abrego, quien fue puesto en libertad "por error" cuando comparecía ante el Ministerio Público Federal en las instalaciones de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos contra la Salud (FEADS), durante la gestión de Jorge Madrazo Cuéllar.


Humberto García Abrego es hermano de Juan, el más poderoso narco en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, y Juan fue extraditado a Estados Unidos, asegurando que era nacido en aquel país, sin que se le juzgara en México por los delitos cometidos.


Osiel Cárdenas Guillén, quien se fugó estando bajo arraigo en una casa de seguridad de la PGR en 1998, es el otro líder del cártel del Golfo. La DEA ofrece por él 2 millones de dólares. Las autoridades mexicanas aseguran que pronto será detenido.


Luego de permanecer más de 10 días en un pequeño cuarto oculto en su casa, Gilberto García Mena, El June, fue detenido por el Ejército, que había mantenido "sitiado" el poblado de Guardados de Abajo, municipio de Camargo,Tamaulipas.


El June, de quien se afirmaba tenía el control del paso de droga en la llamada frontera chica, que va de Reynosa a Matamoros, y se decía que poseía sistemas de vigilancia, seguridad y protección en toda la zona, fue descubierto en la soledad de la habitación debido a que un soldado detectó un respiradero que al parecer no tenía ningún destino visible en la casa que habitaba.


Al momento de su captura, el delincuente tenía un tanque de oxígeno portátil, un teléfono celular, un radio, cuatro pistolas y una metralleta MP-5. No accionó ninguna arma.

El 20 de diciembre de 2001, Miguel Angel Caro Quintero fue capturado al circular en una camioneta Chevrolet modelo 2000, por calles de Los Mochis, Sinaloa. Se le encontró un arma calibre 38 súper.


Hasta antes de su detención, la DEA lo identificaba como "individuo peligroso", y hasta 1999 era considerado en Washington como uno de los más importantes traficantes de mariguana y cocaína que operaban desde México; sin embargo, vivía en su rancho sin que le ejecutaran las tres órdenes de aprehensión dictadas contra él, ni tampoco la orden de detención con fines de extradición que el juez primero de distrito le giró en 2000.


Mientras para las autoridades estadunidenses dirigía el cártel de Sinaloa -mismo que había encabezado hasta 1985 su hermano Rafael-, en México, según funcionarios de la PGR, desde 1995 no se sabía nada de él.


Mario Villanueva Madrid, ex gobernador de Quintana Roo, a quien se consideró prófugo de la justicia desde el 5 de abril de 1999, fue capturado en Cancún el 24 de mayo de 2001, mientras viajaba en una camioneta Nissan acompañado del ex diputado federal priísta Ramiro de la Rosa Bejarano y su chofer Jesús Manuel Chang Rejón.


El ex mandatario quintanarroense fue señalado por la PGR como uno de los líderes del cártel de Juárez. Es acusado de introducir 200 toneladas de cocaína a Estados Unidos y recibir 500 mil dólares por cada cargamento. Como disfraz, el político priísta utilizaba en ese momento cabello largo, barba y un sombrero de palma.


Después de su detención, se dio a conocer una carta enviada al procurador general de la República, en la que aseguraba que nunca había salido del país, pero las pistas seguidas por Interpol lo ubicaron en varias naciones durante esos dos años. Hoy está recluido en el penal de máxima seguridad de La Palma, en Almoloya de Juárez, estado de México. Afirma que su detención y acusaciones son una persecución política.


Alcides Ramón Magaña, El Metro, quien evitó que Amado Carrillo Fuentes fuera asesinado por los hermanos Arellano Félix en una emboscada en el restaurante Bali Hai de la ciudad de México en 1993, fue considerado uno de los más importantes narcos.


Operador de la célula del sureste para el cártel de Juárez, fue detenido en una "acción coordinada" entre la Sedena y la PGR, cuando hablaba por teléfono en una caseta.

Estaba solo, sin ninguna escolta, cuando militares y agentes federales lo rodearon. Trató de resistirse, sacó su pistola Walter 9 milímetros, pero tiró el arma y fue sometido.


Desde 1998 la PGR ofreció 4 millones de pesos a quien proporcionara datos que condujeran a su captura. Sus ligas con el poder local de Quintana Roo le permitieron salir de esa entidad cuando más se le buscaba. Cambió su fisonomía, redujo más de 20 kilos, se hizo cirugía plástica, se fue a su lugar de origen, Tabasco. Pero sus huellas dactilares, confirmaron que el detenido en una caseta telefónica de Villahermosa era el narcotraficante que las autoridades buscaban.


Desde el 13 de junio de 2001 quedó a disposición de la juez Olga Sánchez Contreras, quien lo dejó libre en 1993 (tras la balacera en el Bali Hai) por falta de elementos para procesar.

Todos tienen un elemento en común: ser requeridos por las autoridades estadunidenses para enjuiciarlos por delitos contra la salud. Entregas acordadas o no, durante los últimos 15 meses han sido detenidos 10 narcotraficantes considerados "estratégicos" en las organizaciones criminales que operan desde México.


En comparación, en toda la gestión de Ernesto Zedillo se detuvo a 15, entre ellos a Héctor El Güero Palma, Juan García Abrego, y Luis, Jesús y Adán Amezcua Contreras, Los reyes de las metanfetaminas. En la administración de Carlos Salinas a tres: Joaquín El Chapo Guzmán, Miguel Angel Félix Gallardo y Francisco Rafael Arellano Félix.

August 7, 2024

Los Cárdenas Guillén: narcomenudistas que llegaron a capos

 A Foreword by Itzli:

One of the most influential articles about the early history of the Cárdenas Guillén family was written shortly after the death of “Tony Tormenta”. It has disappeared online save for a copy on Reynosa Libre.


Los Cárdenas Guillén: narcomenudistas que llegaron a capos


November 14, 2010 by Milenio 


Con la muerte de Tony Tormenta los hermanos Cárdenas Guillén pierden el control del cártel del Golfo y arrecian las disputas intestinas.


Los hermanos Mario, Antonio Ezequiel, Homero y el más joven de todos, Osiel, traicionaron y fueron traicionados. Los cuatro hijos varones de Enrique Cárdenas y Manuela Guillén nacieron en la década de los sesenta en El Caracol, una ranchería con solares yermos y arbustos grises donde el destino previsible de los hombres era trabajar alrededor del sorgo, y el de las mujeres procrear. O renunciar a esa vida e irse a la franja fronteriza con Estados Unidos.


Osiel Cárdenas Guillén nació la medianoche del 17 de mayo de 1967. Tres semanas después, cuando fueron con el oficial mayor Eduardo M. González, sus familiares dijeron al funcionario del Registro Civil que el pequeño había nacido la madrugada del 18 de mayo y así fue como quedó en su acta de nacimiento. Durante su infancia, al igual que sus hermanos, Osiel visitaba una maltrecha construcción a la cual llamaban “Escuela primaria”, allí aprendió a leer y a escribir. Al igual que sus hermanos, en cuanto pudo dejó el rancho.

EL TALLER MECÁNICO

A los 12 años, en enero de 1980, llegó a Matamoros. Su hermana Lilia vivía en la ciudad y le dio alojamiento. Osiel empezó a hacer mandados en casas y comercios del centro de la ciudad, hasta que un año después consiguió trabajo como mesero en el restaurante El Mexicano. Saliendo de ahí se iba a la secundaria nocturna, que algunos de sus compañeros pensaban se trataba del nombre de una cantina de la zona roja. Osiel no acabó sus estudios en esa escuela pública, ubicada en la intersección de las calles Cuarta y González del centro de Matamoros, la cual fue rebautizada después con el nombre de Colegio San Juan.


Cuando tenía alrededor de 17 años, el más grande de sus hermanos, Mario, lo ayudó a que pusiera un taller mecánico; pero también lo introdujo en un negocio entonces incipiente y lucrativo: la venta de grapas de cocaína. Mario había pasado de ser un pequeño vendedor de droga a tener un par de hombres trabajando para él. El taller de Osiel, montado en la calle 14, a unas manzanas de la sede de la presidencia municipal, se convirtió no sólo en su hogar, sino también en el centro de operaciones del narcomenudeo de los hermanos. Mario era gerente del micronegocio, Ezequiel compraba el producto, Homero sondeaba la exportación a Estados Unidos y el más chico comercializaba la mercancía en las calles de la ciudad. Cultivar sorgo en el rancho El Caracol había quedado atrás por completo. Por esas fechas Osiel conoció a una obrera de la maquila, Celia Salinas Aguilar, y se enamoró de ella. Luego se casaron.


El 16 de febrero de 1989, Osiel fue detenido, acusado de homicidio y daños en propiedad ajena. Al día siguiente fue dejado en libertad tras pactar con agentes de la Policía Judicial Federal, con quienes a partir de ese momento debió repartir los dividendos del “taller”. La siguiente detención ocurrió el siete de marzo de 1990 y, al igual que la primera, duró apenas unas horas: de tiempo en tiempo Osiel era llamado a rendir cuentas sobre el negocio que, gracias a los contactos de los hermanos Cárdenas Guillén con hombres del nivel de José de la Rosa —cercano al capo del momento, Juan García Ábrego—, iba en crecimiento. Para entonces, los hermanos ya habían decidido incursionar en la exportación de droga al país vecino. El 27 de agosto de 1992 Osiel pasó a Estados Unidos dos kilogramos de cocaína que le habían pedido unos compradores estadunidenses. A pocos metros de llegar al restaurante de Browsnville, Texas, donde se haría la transacción, fue detenido y enviado a la cárcel local. En ese momento Osiel contaba con 25 años de edad.


FLAMANTE EMPRESARIO

Pero la firma del Tratado de Libre Comercio entre Canadá, Estados Unidos y México tuvo repercusión también en las políticas carcelarias, y el dos de enero de 1994 Osiel y varios presos mexicanos fueron trasladados de cárceles estadunidenses a prisiones mexicanas. Osiel llegó a Santa Adelaida, donde el director, Rolando Gómez Garza, tenía arreglos con su hermano Mario. La cárcel se volvió el sitio ideal para renovar su carrera en el negocio de las drogas: allí estableció contactos con otros traficantes, e incluso dentro del reclusorio organizó un área donde se hacian adaptaciones a los automóviles para ocultar paquetes de droga y burlarar la vigilancia de la frontera.


El 13 de abril de 1995 Osiel salió de la prisión convertido en un hombre de negocios. Su fama aumentó en el noreste del país, regido en ese momento por una sola organización: el cártel del Golfo. Osiel medía un metro con 70 centímetros y usaba bigote.Cuando volvió a las calles de Matamoros, Juan García Ábrego se encontraba debilitado y bajo un asedio gubernamental que concluyó el 14 de enero de 1996, cuando fue detenido en una de sus fincas en Benito Juárez, Nuevo León. La lucha por la sucesión se desató entonces: Gilberto García Mena, operador del cártel en Miguel Alemán, y Baldomero Medina Garza, quien se encargaba de transportar la droga y era apodado El señor de los trailers, se la disputaron. Pero uno de los operadores de García Abrego, Salvador Gómez, fue quien asumió el control, para lo cual se alió con los hermanos Cárdenas Guillén.


Gracias a esta sociedad, en 1997 Osiel empezó a viajar con regularidad a la Ciudad de México para celebrar reuniones de negocios con proveedores de Colombia —como Gustavo Adolfo Logoño—, o miembros de la red de transportistas del sur de México.

LA BUENA VIDA

Por esos años Osiel se relacionó con Hilda Flores González, esposa del director del penal de Santa Adelaida, quien lo recibió como rey en 1994, cuando fue trasladado desde la cárcel de Brownsville. La disputa por la mujer acabó con la orden de matar a su antiguo aliado y amigo. Osiel también llevaba una relación con Liliana Dávila, cajera de un banco, que estuvo unos meses presa por fraude empresarial. El capo se hizo un implante de pelo y pidió que su guardarropa se llenara con prendas de la exclusiva tienda Hemisfere, de la plaza San Agustín, en San Pedro Garza García, Nuevo León.


A la sombra de Salvador Gómez aprendió los códigos del negocio. Consiguió también el respaldo de Juan Nepomuceno Guerra, tío de García Ábrego, quien fundó el cártel del Golfo y que, pese a su vejez, seguía teniendo influencia en la región. Fue en 1998 que su hermano Mario fue detenido y encarcelado en el penal de Santa Adelaida, y en Tamaulipas Osiel fue interceptado, junto con Salvador Gómez y Manuel Alquicires García, por el Ejército. Los tres fueron enviados a la Ciudad de México, donde permanecieron arraigados en una mansión incautada al Güero Palma; pero, luego de unas semanas, consiguieron corromper a los agentes que los custodiaban, y el 24 de agosto de 1998 salieron de allí caminando, de regreso a Tamaulipas.

LA TRAICIÓN

Los hermanos Cárdenas Guillén decidieron quedarse con todo el negocio y deshacerse de su socio, Salvador Gómez, a quien Osiel criticó por descuidar su vigilancia personal y poner en riesgo el negocio. Osiel ordenó matar a Gómez poco tiempo después. A partir de entonces Osiel sería apodado El Mata amigos, y para su protección nacieron Los Zetas, encargados de cuidar la vida del nuevo capo del cártel del Golfo y de reforzar su ley. Como se dice: había que afilar el cuchillo por los dos lados.


Bajo la dirección de Osiel, los Cárdenas Guillén diseñaron una auténtica empresa. Nada quedaba ya del pequeño “taller mecánico”. Los hermanos repartían su cocaína a pequeños vendedores con créditos de hasta tres mil pesos; éstos, además, tenían un sueldo inicial de 200 dólares semanales que aumentaba conforme pasaban los meses. Sus escoltas personales recibían mil dólares por semana.


Para las primeras compras de cocaína colombiana Osiel organizó “pollas” entre otros operadores del narco, como Gilberto García Mena e, incluso, se dice que entre empresarios de la economía legal, quienes daban 100 mil dólares de financiamiento a los hermanos Cárdenas Guillén y al mes siguiente recibían el triple. Tras reunir el dinero lo llevaban a Coatzacoalcos, Veracruz, en aquellos años el punto de encuentro con los intermediarios colombianos. La mercancía llegaba por Quintana Roo y de allí iba a Michoacán, donde era revendida, o bien a Veracruz, donde la recibían emisarios de Osiel para transportarla en avionetas, en embarcaciones que recorrían el Golfo o en pipas de gas camufladas. Ya en la frontera, algunos de los cargamentos eran guardados en la cárcel de Santa Adelaida por Mario. Luego Ezequiel los hacía cruzar a Estados Unidos, donde eran recibidos por Homero, encargado de su transportación en ese país. Así, los hermanos Cárdenas Guillén se fueron convirtiéndose unas criaturas míticas del mundo narco.

LA VIDA NÓMADA

El seis de noviembre de 1999 Los Zetas detectaron a dos estadunienses agentes de la DEA y a un informante mexicano, quienes merodeaban cerca de unas bodegas de armamento del cártel. Los tres fueron capturados y, a punto de ser asesinados, uno de ellos le advirtió a Osiel que si los mataba provocaría una gran persecución en su contra, tal y como le sucedió al capo sinaloense Rafael Caro Quintero tras el asesinato del agente Enrique Camarena Salazar en los años ochenta. Osiel les perdonó la vida, pero les advirtió que si volvía a verlos en Matamoros los mataría.


Para ese entonces Osiel pasaba poco tiempo en Tamaulipas. Solía estar en el DF, en una mansión ubicada en el número nueve de la calle Tejocotes, en la colonia Bosques de Las Lomas, o bien en Las Amarillas, un rancho de China, Nuevo León, donde había instructores kaibiles preparando a nuevos Zetas. También pasaba temporadas en La Tremendina, un rancho de Tomatlán, Jalisco. Su esposa Celia y sus tres hijos residían por entonces en San Pedro Garza García, Nuevo León.


Había otras casas suyas en Nuevo León, sobre todo en la colonia Contry, del municipio de Guadalupe. Solía presentarse como un importante proveedor de Pemex, y como prueba de su bonanza llevaba los dedos anillados. Asumía la identidad de Ricardo Garza, con la cual conoció y cortejó a Andrea Posadas, una estudiante colombiana del Tec de Monterrey, quien en 2000 fue retenida por la policía cuando estaba por dejar el país.


LA CAÍDA

En 2001 Gilberto García Mena fue detenido en Guardados de Abajo, Tamaulipas. El Chapo Guzmán, recién fugado del penal de Puente Grande, había acordado con el cártel de Juárez declarar la guerra a los hermanos Cárdenas Guillén para quedarse con la zona noreste. Las escaramuzas llevaron a que algunos operadores cercanos a Osiel decidieran traicionarlo, y el 14 de marzo de 2003 fue apresado. Entonces su hermano Mario fue reubicado de la cárcel de Matamoros y Homero estuvo convaleciente de una enfermedad. El único que quedó libre y en funciones fue Antonio Ezequiel, apodado Tony Tormenta.


Desde Almoloya Osiel pudo seguir controlando al cártel del Golfo gracias la enorme fortuna que aún poseía y a la lealtad de Los Zetas. Se alió con los Arellano Félix, y emprendió con ellos una campaña para obtener mayores libertades bajo la fachada de una denuncia por las pésimas condiciones carcelarias del centro penitenciario de máxima seguridad. La estrategia de Osiel abarcó desplegados en diarios nacionales, protestas en la Cámara de Diputados, el envío de juguetes a niños del norte del país y el financiamiento de organizaciones defensoras de derechos humanos.


En una de sus cartas Osiel puntualizó sus órdenes:

1) construir una guardería tipo Jungle Gym afuera de Almoloya; 2) médico para todos los internos de la misma empresa según sus necesidades (...); 3) buscar a un ex militar abogado y contratarlo en el buffet como licenciado (...); 4) conseguir todos los libros, manuales, leyes, derechos humanos, servicios militares y sacarles copias como prueba (...) sirve para atraer con sus mismas leyes. La mayoría de todos fuimos detenidos por militares; 5) solicitar los folletos de derechos humanos internacional; 6) solicitar los trípticos de derechos humanos en México; 7) reglamento nuevo del Cereso, diario oficial de la federación 15 de enero de 2004.


El liderazgo de Osiel acabó cuando recién llegado a la Presidencia de la República, Felipe Calderón concedió su extradición a Estados Unidos el 19 de enero de 2007. Osiel consiguió una sentencia de 20 años a cambio de delatar a sus viejos aliados y guardaespaldas. Entonces Ezequiel asumió el control del cártel, del que mantuvo el mando hasta su muerte, el pasado viernes cinco de noviembre, cuando cayó emboscado en Matamoros.


Tras perder el respaldo de Los Zetas, quienes conformaron su propio cártel haciéndoles la guerra a los hermanos Cárdenas Guillén, el futuro del cártel del Golfo se ha visto incierto. Pero no tanto como la extrema violencia que ha asolado a la región desde que los capos decidieron hacer su propia revolución a partir de un pequeño taller mecánico en Matamoros, Tamaulipas.


Diego Enrique Osorno